Tócala. Muérdela. Haz que le tiemblen las piernas. Consigue que te pida más. Gánale la partida. Déjate ganar una vez. Y otra. Y pierde la cuenta. Quémate los labios de tanto besarla. Háblale al oído. Dile cosas obscenas. Dile que la quieres. Estremécete cuando diga tu nombre. Bébete una cerveza en la cama mientras la miras. Deja que te coja la mano al conducir. Bésala en los semáforos en rojo. Ponte nerviosa cuando notes que te mira mientras tú miras a la carretera. No le digas adiós. Échala de menos. Haz planes. Arranca hojas del calendario. Quiérela. Quiérela tanto que hasta te duela. Emociónate al escuchar 'esa' canción. Deja que tu estómago salte recordándola.
Siempre hablamos de que yo te entiendo, que se que es querer a una persona, pero tía, cuando tu lo das todo por alguien, cuando dejas de estar enamorada solo para que siga en tu vida porque es una persona que merece la pena y te dejas el alma en ella y luego viene y te dice que te quiere pero que se acabó. La gente se cree que lo que sienten ellos sienten los demás, que no puedo quererte mas que tu a mi, o que yo si puedo pensar que merece la pena. No luchan nunca por nada, y luego nos quedamos las cuatro gilipollas que de verdad amamos solas.
Yo no sabía que un corazón podía romperse tantas veces en una noche.
-Una tarde, cuando era niño, me pasé una hora persiguiendo el arco iris. Me perdí en el bosque. Mis padres estaban desesperados. Yo estaba convencido de que podría atraparlo. Creía ver el sitio donde tocaba el suelo.
Como cuándo crees que será como todos los guiones que conoces de escenas, escenas como esta, escenas que conoces de sobra, que has imaginado, que has vivido en sueños, te han hecho despertar, sudar, estremecerte, temer o hasta sonreír.
Lo real no es así, al menos para mí, ni un millón de palabras bonitas lo harían real. Palabras vacías, que se irán con el viento en años, meses, semanas, días, horas, minutos, un segundo. Pero eso no es lo importante, todos seguiremos diciéndolas y creyéndolas.
Me he dado cuenta de que es cierto lo que dicen, cuando os vais, siento que no puedo quereros más, aunque lo haga. Creo, que muchas veces pienso demasiado de mí, acerca de los problemas de los demás o casos hipotéticos, suelo ver soluciones fáciles. Pienso en lo que yo realmente siento, imagino, me surgen extrategias, situaciones, acciones, palabras y será que pierdo la noción del tiempo, y quizás, dejo de hablar en voz alta y me lo guardo. Parece que no es lo mio demostrar todo lo que siento o, más bien, todo y de que gran forma lo hago.
Lo mío es presentarme justo alado, llorar y decir cada palabra que pueda articular. Nah, ni si quiera llorar. Odio esas murallas. Nada de esto me ha salido demasiado bien en ninguna ocasión. Quizás lo mío sea la condena completa. Te quedas plantada, ahí, y ya está, tu cuerpo y tu mente no desean responder.
A estas alturas, y conociéndome, ¿cuándo el tiempo me ha hecho olvidar? Y no al revés. Me ha hecho echaros aún más de menos.
Tampoco me valen las despedidas. No pueden existir para cierta clase de relaciones, eso es así.
Está claro que escribiendo esto iba a romper un poco mis muros de "abstinencia", no aguantaba más. No podía seguir dejando ese miedo, porque explota.
Hacía mucho que no se me partía el alma, esa fue la última y la peor, pero hoy tú también lo hiciste.
¿Sabéis lo que quiero decir cuando suelto que se me parte el alma? Yo de verdad lo siento.
Créeme cuando te digo que creí que no podía echarte tanto de menos. Créeme que creí que no podía quererte más...hasta que lo hice. Y lo hago. Infinitamente.
Y bueno, a ti, siempre te he amado.
jueves, 13 de junio de 2013
Te amo y te dejo ir libre,
para que en tu viaje
nos volvamos a encontrar
en otro tiempo, en otro lejano lugar,
donde no nos aceche el filo de la duda,
donde puedas creer de verdad en mi palabra.
Te amo
y te dejo ir libre,
para que en tu tiempo a solas
puedas conocerme mejor sin mí.
Te esperaré en la mitad del camino,
donde nuestro abrazo quedó inconcluso,
donde mi amor por ti, sin dudas está en tu espera.
Sería bonito decir que nuestras miradas se encontraron y que yo me acerqué lentamente a ella. Sería bonito decir que sonreí y que le hablé de cosas agradables en pareados cuidadosamente medidos, como el Príncipe Azul de algún cuento de hadas.
Por desgracia, la vida casi nunca tiene un guión tan meticuloso. La verdad es que me quedé allí plantado. Era Denna, la joven que había conocido hacía tiempo en la caravana de Roent.
Ahora que lo pienso, sólo había transcurrido medio año. No es mucho tiempo cuando te están contando una historia, pero medio año es muchísimo tiempo mientras lo vives, sobre todo si eres joven. Y nosotros éramos ambos muy jóvenes.
Eres una romántica, te pega escuchar Chopin mientras lees a Bécquer en una terraza tomando un café a la luz de un bonito atardecer, fumando pipa y respirando profundamente el apacible pero alérgico aire de esta primavera alocada de alternante temperatura gélida y a la vez calurosa. Como si tu apasionado corazón cargado de diversas emociones fuera responsable de tales cambios climáticos tan repentinos. Y que tu alma romántica se marchite conforme va cayendo la noche y, al estar bajo la luz de las dos lunas, sentir la desdicha del amor en la soledad de tu vacío lecho. En una noche fría, deseando sentir el calor que desprende su cuerpo y oler el agradable aroma de su pelo, mientras dos lágrimas caen por tus mejillas en un profundo sentimiento de nostalgia. Entonces, en ese momento, en el silencio de la noche en tu cabeza resuenan aquellos versos de Neruda:
"Puedo escribir los versos más tristes esta noche, pensar que no la tengo, sentir que la he perdido...yo la quise y a veces ella también me quiso, en las noches como esta la tuve entre mis brazos, la bese tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería".
Att. María.
domingo, 26 de mayo de 2013
¿Alguna vez ha estado loco por una mujer empeñada en alejarle?
Te mandaría mil y una canciones, vídeos y letras, para intentar hacerte comprender lo que de verdad siento por dentro. Sólo por llevarte la contraria. Sólo para encararme a ti y que no me pisotees. Para que se te ablanden el corazón y los recuerdos. No seas tan egoísta. Veas con claridad.
Quiero que dejes de mostrarme tu espalda, que aunque preciosa es, más lo son tus ojos y tu mirada fija en mí.
No sabría decir cuales de las cosas que han ido surgiendo me han producido más pena, pero si que puedo decir una sola cosa, parte de las cosas en las que creía de una manera firme, se han desmoronado y se han ido, creo que para siempre. Ya no habitan en mi.
Aún así me niego a creer por un momento que todo esto va a seguir así, y tampoco que gran parte de las historias no significaban lo que yo sentía, y lo que sentíamos todos, aunque ahora ya no quieran decir lo mismo.
Me niego a creer que una pelea rompe y desmorona todo eso.
Me niego a creer que unas palabras ofensivas puedan continuarlo.
Me niego a creer que una relación se termina cuando no estáis de acuerdo.
Y me niego a creer en no creer en todas esas historias porque ni seamos capaces de mirarnos en cuatro putos momentos diferentes en los que, por fin, volvimos a reencontrarnos.
No me importa lo tan patética que creéis pensar que soy, o lo orgullosos que estéis, o la felicidad que creáis tener, o lo no culpables que os creáis sentir, cada palabra que escribo, es algo por lo que no todos podéis daros por aludidos. Algunos por unas y otros por otras. Claro que aquí, ni yo me salvo.
No puedo imaginar ni por un momento las escenas que tuvimos en el mismo sitio, pasado meses, semanas o días, ni las que aún están por acontecer. Pero sé lo que he visto por ahora, y es bastante triste.
Sólo quiero decir lo que nunca pude decir, cosas que me enseñasteis, sólo hace faltar acercarse más, contemplar con atención y ver con nitidez. Fotos, regalos, cosas compartidas, viajes, momentos, sentimientos, sensaciones...recuerdos, sólo eso. Encontrareis quienes de verdad tardan en rectificar, no puedes tirar a la basura todas las historias que has vivido, ¿qué cojones te va a quedar después?
Algunas cosas pasan y se van (como lunas), pero no podéis convertirlo en un siempre.
Igualmente todos acabaremos pasando y nos alejaremos como putos subnormales, pero así son las cosas ahora, ¿no? o quizás lo ha sido siempre. Algunos más pasotas que otros, en sí, lo mismo.
Pues que os den putos subnormales, que yo me quedo con mis hermosas fotos, y las cosas bonitas, sin esperar por cierto, a que os deis cuenta de que algunas cosas no son para nada la hecatombe final y el destrozo de lo que podría ser algo grande. Que las casualidades a veces no existen, y que tiene que pasar así por cojones, al igual que las cosas malas.
También pienso que es imposible despertaros un puto rayo de lucidez y de razonamiento, pero mira, ojalá se den mas casualiades y podáis acordaros de los recuerdos que compartimos. Sino, que os vaya bien en lo fácil.
Y sí, me sigo acordando de ti como una puta anormal aunque tu pienses otra puta cosa, ni si quiera me leas, me da igual. Porque te veo y se me parte el alma, al llegar a casa. Y esto no quiere decir más de lo que he dicho, sólo que algunas personas y algunos momentos son realmente especiales, y yo al menos paso de tirarlos. Al igual que de muchas otras putas cosas, y al igual que algunos con sus problemas, es así.
Ese es mi recuerdo, y tengo muchos mas, de todos.
:D
jueves, 21 de febrero de 2013
I'll never dream that I lose somebody like you, no
Querida Gin, es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde. De escribir lo sucedido en una carta que no te voy a mandar, que no vas a recibir nunca. Que como tú me enseñaste, en cuanto acabe de escribirla la quemaré. Unos sentimientos se pondrá a arder y así el dolor, como tú decías, no se te queda tan dentro.
Esta vez sólo quiero ser claro. Sería un imbécil sino gritara que me he equivocado, contigo. Que la he cagado pero bien. Desde el principio, que intentaba avanzar sin quitar las cosas de en medio que me lo impedían, agarrado al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar. Que locura Gin. Empeñado en quedarme ahí. En medio de un lado y del otro. Sin perdonar, sin perdonarme. Sin avanzar.
¿Dónde está el secreto del futuro Gin? Puede que esté en fijarse bien y en avanzar. Mirar más cerca, más, tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, claro.
Hay cosas que pasaron antes, mucho antes. No quiero esperar milagros, sólo que las cosas pasen o no.
Ahora lo tendría claro, pero ya no depende de mi, sino de ti.
Ha pasado el tiempo...
no he dejado ni un momento
de pensar en los viejos sueños
en las noches de conciertos en un bar.
Ha pasado el tiempo
y no sé por qué te cuento esto
será que se ha ido...
la inocencia que llevo conmigo
si será el dolor, este amanecer
que me ha helado el alma...
Dime dónde estás que te quiero ver,
y dejar pasar esta mala hora
Esta madrugada...
que parece nunca acabar,
esta noche de angustiosa calma.
