lunes, 1 de marzo de 2010










Justo lo que pedí, civismo fingido con un poco de traición. Cada vez se hace mas evidente que tendré que ocuparme de Miguel.
Primera opción, matarle, pero es muy conocido, si un conocido fiscal desaparece la cacería seria eterna e investigarían a todo su entorno y eso me incluye a mi. También es mi padrino, yo tendría que sufrir.
Segunda opción, alejarlo cuanto pueda de mi vida, pero eso no es tan fácil, el me enseño a jugar al golf y yo le enseñe a matar, soy responsable si Miguel quita otra vida inocente. Se complica la segunda opción, no permitirá que nuestra amistad se disuelva, intenta tenerme en su puño y usa a Rita para ello, le funciona.
Solo me deja la tercera opción, tenerlo en mi puño y mantenerlo ahí.


Con frecuencia, tendemos a crear personajes de ficción que nos pongan en penumbra, atormentándonos, pero la realidad es que el único peligro natural existente en el mundo y que nos acecha cada día, somos nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario