miércoles, 2 de diciembre de 2009

Una decisión de alguien...



en el momento justo causa horas y horas de dolor y sufrimiento durante mucho tiempo o quizás, durante poco y hace que millón de cosas que giran a su alrededor dependan de ella para continuar por un camino u otro.
Una
promesa rota en el momento menos indicado causa una gran decepción provocando confusión en cada segundo, cada frase, cada palabra, cada acción, cada mirada, cada roce, cada idea o sentimiento que has sentido, escuchado o visto.
Resulta tan
triste e inevitable pensar en los cambios que derivan de esto y las palabras o ideas que no esperabas escuchar o vivir nunca, por tanto es imposible creer con certeza si aquel tiempo vivido es solo una parte malgastada de tu vida o alguna experiencia de la que debes de aprender. Mientras tanto, en tu interior, se libra una batalla entre poder quedarte con todo, con parte o con nada y realmente, quieres que todo se vaya "a la mierda" pero no puedes conseguirlo y fallas porque sabes que cada día te acuerdas de todo ello sin poder dar marcha atrás. Te acabas dando cuenta de que la indiferencia ante todo esto es la forma intermedia de aprecio y desprecio para afrontar cada detalle que recuerdas hasta que se vaya desvaneciendo poco a poco, quedando indefinidamente enterrado, ya que quizás algún día esperas desinteresada a que esas dos direcciones parecidas que van por caminos muy distintos vuelvan a tener un cruce en común o no.

/Pausa.


2 comentarios: