
Al hombre siempre le ha atraído el mar pero nos supone un escenario antinatural, un lugar de gran peligro. Mareas, corrientes, olas, viento cada cual con sus propios riesgos y ninguno puede ser ignorado. El más mínimo error de juicio puede suponer un fallo mortal. Pero un buen marinero no lucha frente a estos elementos, un buen marinero trabaja con ellos utilizándolos a su favor. Mientras otros muchos van a la deriva, la mayoría en varios pedazos, el siempre vuelve a la seguridad de su hogar.
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